¿Se pueden regular las Redes Sociales?.


El debate es amplio y por supuesto tan viejo como el surgimiento del concepto de las propias  “redes sociales”. La respuesta, mi respuesta al menos es: Sí, sin ninguna duda, Sí, se puede y debe. Ahora las siguientes preguntas deben ser ¿ Cómo y por dónde empezar ? , ¿bajo qué lineamientos deontológicos regularlas?.   

Existen dos vertientes serias sobre la mesa, la estadounidense y la europea. Se incorpora en México, una tercera de la que muy poco se sabe, pero que ya ha sido tocada por los interese políticos del momento. De hecho la propuesta es de uno de los senadores en el top3 del presidente, y que ha buscado darle un toque social buscando incorporar asesores y especialistas sin vinculo formal con el gobierno. 





Pero antes de quedar atrapados en el laberinto de los casos coyunturales que alimentan este debate como el caso Trump, AMLO o Paty Navidad, conviene revisar algunos datos. 

Se trata de un negocio de de la persuasión como lo han descrito incluso  importantes funcionarios de las propias empresas dueñas de las redes sociales. 
Todo lo miden, todo lo graban, todo queda en registro, saben todo de cada persona detrás de una cuenta. Para acabar pronto, saben todo o casi todo de ti, incluso son capaces de anticipar lo que vas a desear y cómo vas a reaccionar frente a determinados dilemas u opciones. Es el negocio del “libre albedrío”, son la hoguera de las emociones, ahi se crean, arden y se consumen. Pero sobre todo, no debemos perder de vista que detrás del ordenador o teclado,  con cada click se están llenando las bolsas de dinero a costa  del futuro inmediato de la gente. 

Por supuesto que la persuasión es el ingrediente más antiguo de hacer negocio. Pero en la redes sociales hay programas predictores con porcentajes de error mínimo controlando las emociones. 


¿Es ético permitir el engaño sabiendo todos que en el engaño se recarga el negocio?. Si la respuesta es sí, entonces la manipulación debe ser reconsiderada como una acción honorable. 


Esta es la dimensión del gigante. Según algunas fuentes confiables, hay dos billones de personas conectadas siendo “persuadidas” o “manipuladas” por un puñado de programadores que no pasan de los 30 años de edad, desarrollando algoritmos para que estes listo para la siguiente foto y el siguiente video.

 

Todas las empresas dueñas de las redes sociales tienen clara conciencia de todo esto y lo hacen porque se han convertido en entes supranacionales con recursos económicos incuantificables. 


En las redes sociales se está determinando a cada minuto, o con el segundero, la idea de sociedad, la idea de gobierno qué hay que tener y en la qué hay que vivir,se  están accionando los martillazos contra la democracia, esculpiendo en “leds” las nuevas reglas de convivencia, devorando la dopamina del usuario y engordando con la necesidad de comunicarnos y de  informarnos. 


Así de fácil, si crees que no eres adicto responde a las dos preguntas a continuación:


¿Di una de las primeras cosas qué haces al levantarte por la mañana incluso mientras haces pipi?, ¿Qué es lo último qué haces en el día?. 


Aun si no fuiste honesto en la respuesta y evitaste responder “revisar las redes sociales”, no te preocupes, eres un adicto a las redes sociales, el primer síntoma siempre es la negación. 


Pero volvamos al tema propuesto propuesto por el Diario 24 Horas con su cabeza principal de ocho columnas. Las redes sociales en mi opinión,  no están bajo ataque, son ellas mismas el epicentro de las discusión. Aunque dicho sea de paso, por muy empresas privadas que sean, no están ajenas a la idea de aquello de que la forma es fondo, por lo que valiéndoles un pepino ella mismas comenzaron por las acciones estridentes antes que por el análisis profundo  y una  discusión pública ordenada sobre las nuevas reglas del juego y si es que se requieren. Por ejemplo: la decisión de  Twitter de bajar la cuenta de Trump. Por más que la mayoría agradezcamos el gesto. 

El tema es que si las casuales que se le aplicaron al indeseable Trump, se aplican a rajatabla podría convertir a la rede social en un panteón, y dejar fuera a un importante porcentaje de usuarios.  Es decir, si las causales se baja son los comentarios basados en la mentira, la ignorancia, el odio, el asedio del otro y de lo diferente, alimentar el enfrentamiento y arengar en favor de la violencia y el orden “democrático”, o como en el caso de la actriz mexicana Paty Navidad, que se la ganó por ignorante y afirmar en su cuenta de Twitter que el Covid es producto de una gran conspiración y que la vacuna lleva un chip con el que dominaran a la humanidad. Pienso en ejemplos de la imbecilidad, y la fila de candidatos y candidatas se alarga que por imbecilidad merecerían no tener una cuenta en las “redes”. 

Es el caso del canciller mexicano que felicitó por su contribución innovadora a una actriz porno. Una broma común en la red social. ¿Se tendría que dar de baja al que miente o al ignorante?.

En México Twitter ha comenzado a bajar cuentas de algunos personajes de  Morena y la posibilidad  de bajar la de @lopezobrador que se esfuerza haciendo méritos aviva el “debate” mañanero. Hasta parece que lo desea como el buen busca pleitos que provoca al otro para iniciar la pelea y de ahí para él todo es ganancia...incluso salir golpeado. 

 
De acuerdo con la nota del periódico 24 horas entre otras cosas la iniciativa del senador Monreal propone que las empresas propietarias de redes sociales con más de un millón de usuarios tendrían que solicitar autorización de la IFT para operar y propone un mecanismo de impugnación para que se resuelvan controversias de aquellos a los que se les hubieran bloqueado sus cuentas o incluso, multas de 89 millones de pesos a empresas que cancelen cuentas, bajo el argumentado libertario de defender la libertad de expresión. 

En México si así  se aprueba la iniciativa, sería más costoso para una empresa de redes sociales cancelar la cuenta de un persona que mandarla matar ( según notas periodísticas a los sicarios que perpetraron el atentado contra el jefe de la policía cobrarían 100 mil pesos por asesinarlo). 

 La cabeza de la nota anuncia algo más que lo que termina por ser la editorial sensacionalista que pretende convertir una nota rabona en centro del debate o cuando menos un referente, a saber los intereses que estarán tras de la nota si es que los hubiera. La verdad evidente es que al llegar al final del texto se confirma  que no es otra cosa que un mal desglose de la iniciativa, un recuento de hechos y que carece de una versión de la contraparte. 

No hay una sola cita del proponente de la iniciativa, el diario no se molestó en entrevistar a las fuentes relacionadas, ni a un especialista en la materia. Pese a las deficiencias de rigor  periodístico el diario da la nota  de 8 columnas en Primera plana como si de una revelación o primicia se tratara. Al menos en su red social @diario24horas los resultados de su  mal esfuerzo periodístico tiene lo merecido;  6 Rts, 1 comentario y 9 likes.

 

 

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